Vídeos DE ENCINASOLA

Queridos Paisanos: hace algún tiempo el señor Manuel Fernández López y MªTinidad Domínguez López me hicieron el ofrecimiento de una series de cintas de VHS, en las cuales se refleja la viva historia de nuestro querido pueblo, como son sus fiestas y tradiciones y otros acontecimientos, en ese momento yo estaba con un tratamiento de quimioterapia y le dije que no era el momento para digitalizarla, terminado el tratamiento me puse manos a la obra y le pedí al Sr. Fernández que me enviara las cintas que había realizado durante el periodo de tiempo que tuvieron un videoclub, esas cintas están en mi poder y ya las estoy recuperando para que vosotros podáis visionarlas, la estoy fraccionando en videos de 13 a 15 minutos,para que se hagan más amenas, deseo que vayáis expresando vuestro agradecimiento al Sr. Manuel Fernández y Mª Trinidad Domínguez por su gentileza a que estas cintas vean la luz.
Os comunico que estos vídeos irán apareciendo en Morochos en la Red, espero que sea del agrado de todos.
Fontenla.

CALLE ABEL MORENO

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martes, julio 04, 2006

La Fuentiña






Todos conocemos sobradamente el arroyo que procedente del Pozo de la Cañada (La Cañá), donde se forma, pasa bajo el puente que se encuentra próximo al conocido almacén de Ascensión, en la salida de Encinasola por la carretera de Higuera la Real.
Junto al cauce de este pequeño arroyo de invierno, distante como unos cien metros aproximadamente antes de llegar al puente, en su orilla derecha teniendo en cuenta el sentido de la corriente, se encuentra un manantial de agua que brota de entre las piedras conocido todavía hoy como La Fuentiña. Es una especie de pilón con su brocal construido de viejos ladrillos casi a nivel del suelo, donde se recogía el agua manada, (por cierto muy apreciada por su buena calidad para cocer los pucheros). A él acudían numerosas mujeres (a veces había que hacer cola), con sus cántaros de barro. Las mas madrugadoras, solo tenían que sumergirlo en el agua y sin soltarlo de la mano, se llenaba solo. Mas adelante y cuando ya el caudal manado durante la noche casi se agotaba, había que meterse dentro e ir llenado poco a poco con una vasija de una pequeño charco que iba quedando en el fondo. Esta vasija era casi siempre una lata que había contenido leche condensada y a la que el padre de nuestro amigo Fontenla (el latero) le restañaba un asa. ¡Recuerdas Enrique¡... (se que no te vas a molestar por aparecer en este escrito). Los cántaros, de vuelta a casa, los colocaban para su transporte sobre sus cabezas o “cuadriles” (costados).
Igualmente y también en la misma orilla, desde el manantial hasta las proximidades del puente, colocaban las amas de casa sus paneras de chapa y refregaderos de madera, que llenaban con el agua abundante que corría limpia y transparente que hasta se bebía en ocasiones. Era frecuente ver reunidas en ese punto hasta ocho, diez o mas mujeres, que en animada tertulia llevaban a cabo sus lavados. Algunas de ellas muchachas casaderas que tímidamente, con pudor, comentaban poniendo a veces al descubierto sus ilusiones y fracasos amorosos.
La pared del cercado del “Tío Frasquito” quedaba engalanada con las ropas multicolores tendidas para su secado, ofreciendo una agradable sensación que se podía observar desde bastante distancia.
Haciendo alarde de equilibrio, a su regreso al pueblo, las lavanderas transportaban sus paneras llenas de ropa seca y limpia, al igual que los cántaros, sobre sus cabezas, donde previamente se colocaban para amortiguar el peso, una especie de tela bien enrollada llamada “rodilla”.
Hoy día te llenas de tristeza cuando pasas por los lugares que antes se mencionan y notas el estado de abandono en que se encuentran. La Fuentiña, manantial que en otros tiempos fue testigo mudo de tantas historias, la ves cubierta de “hierbajos”, que obligan a detenerte para asegurar que aún existe.
Se añora igualmente el frescor de la brisa suave de Poniente a la caída de la tarde, cuando en el verano nos sentábamos sobre las barandas de piedra del puente, bajo los eucaliptos centenarios que formaban una hilera a cada lado de la carretera en la entrada del pueblo, observando la estela de polvo (tamo) que levantaban los trilladores de la era del Cerro de la Olla, mientras que con sus biergas venteaban una y otra vez la parva.

LUNES

1 comentario:

  1. Lunes:
    Magnifica descripción. Me ha trasladado a aquellos lejanos y añorados años.
    ¡Que pena! Se fueron y ya JAMÁS volverán.
    Lo triste es que tenemos la sensación de que no exprimimos aquellos tiempos, no les sacamos todo el jugo que tenían.
    Se nos escapó el tiempo entre los dedos de la misma forma que cuando metemos las manos en un charco y, al sacarlas, se nos escapa el agua que tan celosamente tratamos de retener en la "embozá". Una "embozá" de agua. Ya hacía tiempo que no decía esta palabra. Suena bonita: "embozá".
    La vida está formada por momentos. Una vida, por muy larga que sea, no deja de ser una serie de momentos. Hay que ir viviendo cada uno de ellos. Cada momento tiene su encanto. Incluso aquellos que en el momento de vivirlos nos parecen ingratos. Todo es vida. Además, son NUESTRA VIDA. La más importante de todas las vidas del mundo, porque es la nuestra y la vivimos UNA SOLA VEZ.

    Sigue contandonos tus cosas. Merece la pena escribirlas y, sobre todo, leerlas.

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