A PACO RUBIO, ALLA DONDE SE ENCUENTRE…..
Querido PACO… Hace unos días, me llamaron desde tu segunda tierra, tu Cádiz del alma, para decirme que te encontrabas hospitalizado y querías verme…
No me sorprendió, pero si supe desde ese momento, que no era una cita más entre hermanos que hace tiempo no se veían.
Tú nunca recurriste a mí para momentos de fiestas, estas para nosotros, eran siempre escenarios de trabajos y preocupaciones. Tres horas después, estaba abrazado a ti en el Hospital Universitario de Puerto Real.
Durante toda una dilatada tarde, compartiste conmigo una sorprendente y larga serie de confidencias, recuerdos y confesiones, que hacia tiempo teníamos pendientes y que en esta ocasión. solo sirvieron para aumentar mi grave preocupación por ti y lo que mi corazón presentía. Yo quería, entre entradas y salidas de tus angustiados hijos y de tu esposa, entender que te hacia sentirte tan cerca de tu irrenunciable verdad. No soltaste mi mano durante horas, hasta que en la noche, decidí dejarte para que descansases.
Fui tan torpe, que no pude entender que te morías y que tu ya lo sabias.
Como iba yo a creer, que el gran luchador, el invencible y duro Paco Rubio, estaba entregándose a la muerte sin remisión…
La siguiente vez que te besé, fue dentro de la UCI. Una vez más trataste de encontrar palabras para justificar tu presencia y tu estado ante mí.
Los recuerdos, se agolparon en mi memoria hasta hacer que mi mente quisiera estallar. Solo mis sofocados sollozos en la salida, pudieron aliviar la presión de una pena que me ahogaba. El gigante que siempre moró en ti, había sido abatido por la criminal enfermedad en la que se había refugiado el David de tú destino.
Querido PACO… Hace unos días, me llamaron desde tu segunda tierra, tu Cádiz del alma, para decirme que te encontrabas hospitalizado y querías verme…
No me sorprendió, pero si supe desde ese momento, que no era una cita más entre hermanos que hace tiempo no se veían.
Tú nunca recurriste a mí para momentos de fiestas, estas para nosotros, eran siempre escenarios de trabajos y preocupaciones. Tres horas después, estaba abrazado a ti en el Hospital Universitario de Puerto Real.
Durante toda una dilatada tarde, compartiste conmigo una sorprendente y larga serie de confidencias, recuerdos y confesiones, que hacia tiempo teníamos pendientes y que en esta ocasión. solo sirvieron para aumentar mi grave preocupación por ti y lo que mi corazón presentía. Yo quería, entre entradas y salidas de tus angustiados hijos y de tu esposa, entender que te hacia sentirte tan cerca de tu irrenunciable verdad. No soltaste mi mano durante horas, hasta que en la noche, decidí dejarte para que descansases.
Fui tan torpe, que no pude entender que te morías y que tu ya lo sabias.
Como iba yo a creer, que el gran luchador, el invencible y duro Paco Rubio, estaba entregándose a la muerte sin remisión…
La siguiente vez que te besé, fue dentro de la UCI. Una vez más trataste de encontrar palabras para justificar tu presencia y tu estado ante mí.
Los recuerdos, se agolparon en mi memoria hasta hacer que mi mente quisiera estallar. Solo mis sofocados sollozos en la salida, pudieron aliviar la presión de una pena que me ahogaba. El gigante que siempre moró en ti, había sido abatido por la criminal enfermedad en la que se había refugiado el David de tú destino.
Soñé despierto con el Paco Rubio de la “velas verdes” de tu niñez, de tus idas y venidas incontrolables por el pueblo en que nos criamos, de tus escapadas a Barrancos, de tu valentía ejemplar, de cómo enfrentaste tu futuro desde tus catorce años en el ejercito.
Deseé volver a vivir, los cuatro años de Academia Militar que compartimos, los relatos que te aguante de tu estancia en el Sahara, tu inquebrantable voluntad de terminar de Profesor en el Instituto de Cádiz, los éxitos compartidos en nuestra actividad del “Management” nacional, donde lograste tus mayores triunfos.
Siempre estuviste a mi lado. No supe nunca, si mi satisfacción, eran mis éxitos o los tuyos, pero lo cierto Paco, es que tu siempre fuiste logrando lo que aspirabas a conseguir. Ese era mi orgullo. Ese, el de mamá hasta su último día. No sé donde estas ahora.
Estos días, en que luchabas para no perder tu costumbre de hacerlo, he rogado a la Virgen de Flores, lo he hecho a la de “Rocamador”, he pedido por ti a la del Rocío, y he pedido a su Hijo, que te deje descansar bajo Su protección.
En tu cabecera estaba cuando te fuiste la foto de La que fue tu devoción, La de los cerros donde íbamos a “gurumelos”, o a hacer el picon con abuelo Francisco.
Deseé volver a vivir, los cuatro años de Academia Militar que compartimos, los relatos que te aguante de tu estancia en el Sahara, tu inquebrantable voluntad de terminar de Profesor en el Instituto de Cádiz, los éxitos compartidos en nuestra actividad del “Management” nacional, donde lograste tus mayores triunfos.
Siempre estuviste a mi lado. No supe nunca, si mi satisfacción, eran mis éxitos o los tuyos, pero lo cierto Paco, es que tu siempre fuiste logrando lo que aspirabas a conseguir. Ese era mi orgullo. Ese, el de mamá hasta su último día. No sé donde estas ahora.
Estos días, en que luchabas para no perder tu costumbre de hacerlo, he rogado a la Virgen de Flores, lo he hecho a la de “Rocamador”, he pedido por ti a la del Rocío, y he pedido a su Hijo, que te deje descansar bajo Su protección.
En tu cabecera estaba cuando te fuiste la foto de La que fue tu devoción, La de los cerros donde íbamos a “gurumelos”, o a hacer el picon con abuelo Francisco.
La vida, hermano, es un misterio de insondables caminos, de indescifrables avatares…
Te lo comente, hace unos años, cuando tuvimos la desgracia de perder a nuestro hermano Jesús…. Jamás imaginé, que pudiera sobrevivir a la muerte de un hermano mío.
Ya ves, como un castigo a mis palabras, ahora me quedo sin los dos y sigo vivo. Seguro, que para nuestro hermano Jesús, “el mechilla”, será una labor fácil arreglarte allí, todo el papeleo.
Conociéndolo, tú sabes que él tiene que haberse situado en el cielo, como imprescindible para organizar las cosas, así que tranquilo, que vas a tener la suerte de que Jesús Rubio, sea tu Ángel y tu valedor.
Era su destino, igual que lo era aquí para los dos mientras vivió… No se tampoco Paco, cuando volveremos a vernos, si sé que te echare de menos mas de lo que te imaginas.
Tu vida ha sido intensa y tus obras nunca anónimas.
Mari y yo, te recordaremos siempre. En Encinasola, nuestra cuna, solo queda ya el recuerdo de un Rubio Álvarez vivo.
Te lo comente, hace unos años, cuando tuvimos la desgracia de perder a nuestro hermano Jesús…. Jamás imaginé, que pudiera sobrevivir a la muerte de un hermano mío.
Ya ves, como un castigo a mis palabras, ahora me quedo sin los dos y sigo vivo. Seguro, que para nuestro hermano Jesús, “el mechilla”, será una labor fácil arreglarte allí, todo el papeleo.
Conociéndolo, tú sabes que él tiene que haberse situado en el cielo, como imprescindible para organizar las cosas, así que tranquilo, que vas a tener la suerte de que Jesús Rubio, sea tu Ángel y tu valedor.
Era su destino, igual que lo era aquí para los dos mientras vivió… No se tampoco Paco, cuando volveremos a vernos, si sé que te echare de menos mas de lo que te imaginas.
Tu vida ha sido intensa y tus obras nunca anónimas.
Mari y yo, te recordaremos siempre. En Encinasola, nuestra cuna, solo queda ya el recuerdo de un Rubio Álvarez vivo.
Esto, me asusta, pero también me reporta la tranquilidad, de conocer, que el día que mi destino haya señalado para emprender el camino que ahora recorres, encontraré en su final, nada menos que a mis dos hermanos.
Sé que vosotros, seréis quienes avalen lo poco bueno que haya hecho, e interceda por mi ante Dios, a pesar de mis muchos errores cometidos y que tú supiste perdonar antes de tú despedida final.
Qué Dios, el que todo lo puede, Cristo y su Santa Madre te acojan en su Seno y te ayuden a descansar en paz.
Dale un abrazo fuerte a nuestro hermano Jesús y por favor, no olvidaros de mí, me quedo bastante solo y lleno del dolor y de la pena de vuestra ausencia sin razón. Besos para mamá, tita Maria, los titos Mames y Jesús, y toda la familia de quien ahora vas gozar.
PACO RUBIO ALVAREZ, descansa en paz hermano mío. Hasta cuando Dios quiera
Tu hermano: MANOLO RUBIO ALVAREZ.-
PACO RUBIO ALVAREZ, descansa en paz hermano mío. Hasta cuando Dios quiera
Tu hermano: MANOLO RUBIO ALVAREZ.-
Manolo, eres un hermano ejemplar
ResponderEliminartodos sentimos la perdida de Paco
como paisano, vecino y amigo
de la infancia en el calvario,
Nuestro mas sentido pesame
para toda la familia. Faustino Jimenez