Querida amiga Alicia: Que buenos recuerdos me han venido a la mente, al leer en el blog de nuestro amigo fontenla estas notas sobre tus vivencias en estas calles de nuestro querido y añorado pueblo. Al ver mi calle echo de menos su primitivo poyete, con sus lanchas llenas de corazones grabados a golpe de navaja, con el nombre de nuestros primeros amores y atravesados con sus flechitas.
Por cierto, ¿Qué abra sido de nuestros primeros amores?, en mi caso nunca más supe de ninguna de las chicas que a mi me gustaban, pero también es cierto que ellas a mi me gustaban, pero ellas no se enteraban ya que yo era más bien tímido y no les decía nada.
Claro que me acuerdo de los guateques, como olvidarlos….sobre todo cuando poníamos las canciones de Adamo y bailábamos lento, la verdad es que no nos podemos quejar de nuestros años de juventud en Encinasola, éramos unos jóvenes sin malicia y nos divertíamos sanamente, o al menos así lo creo yo.
Cuando relatas el dia a dia de nuestras calles, me veo en la calle Oliva viendo desde la puerta del taller de Tapada, como entraban los animales a trompicones y haciendo sonar sus cascos herrados, en los escalones del poyete y en el de su casa. ¿ Recuerdas al herrador? a mi me gustaba mucho sentarme en el poyete y ver como Ramón golpeaba las herraduras para darle la forma y la medida del casco del animal, recuerdo el sonido que se oía desde mi casa, el martillo golpeando el yunque clin, clin, clin…monótono pero le daba vida a la calle.¿cuantas herraduras abra puesto ese hombre y antes su padre.
Bueno Alicia, espero que sigas enviando estas vivencias que tan gratos recuerdos nos traen a quienes te leemos, un saludo para ti y tu familia.
Antonio Vaello
Por cierto, ¿Qué abra sido de nuestros primeros amores?, en mi caso nunca más supe de ninguna de las chicas que a mi me gustaban, pero también es cierto que ellas a mi me gustaban, pero ellas no se enteraban ya que yo era más bien tímido y no les decía nada.
Claro que me acuerdo de los guateques, como olvidarlos….sobre todo cuando poníamos las canciones de Adamo y bailábamos lento, la verdad es que no nos podemos quejar de nuestros años de juventud en Encinasola, éramos unos jóvenes sin malicia y nos divertíamos sanamente, o al menos así lo creo yo.
Cuando relatas el dia a dia de nuestras calles, me veo en la calle Oliva viendo desde la puerta del taller de Tapada, como entraban los animales a trompicones y haciendo sonar sus cascos herrados, en los escalones del poyete y en el de su casa. ¿ Recuerdas al herrador? a mi me gustaba mucho sentarme en el poyete y ver como Ramón golpeaba las herraduras para darle la forma y la medida del casco del animal, recuerdo el sonido que se oía desde mi casa, el martillo golpeando el yunque clin, clin, clin…monótono pero le daba vida a la calle.¿cuantas herraduras abra puesto ese hombre y antes su padre.
Bueno Alicia, espero que sigas enviando estas vivencias que tan gratos recuerdos nos traen a quienes te leemos, un saludo para ti y tu familia.
Antonio Vaello
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