Gracias Encinasola
Desde que empecé la carrera de
Educación Social, he oído hablar de familia extensa, familia nuclear, patriarcado,
redes sociales, de cultura, de antigüedad, de postmodernidad, etc
El pasado jueves murió mi padre,
el patriarca de una gran familia extensa y en ese momento nos envolvió una
gigantesca red social humana.
Costumbres ancestrales que en la
ciudad se pueden interpretar de atrasadas, primitivas, inactuales tejieron esa
gigantesca red social de calor humano que nos envolvió a mi madre, mis hermanos
y a mi.
Yo que llevo viviendo en la
ciudad treinta años creía que esas costumbres habían caído en desuso, pero
empezó a llegar a mi casa caldos, carnes, pan, leche, dulces, etc, alimentos
básicos para comer un día unas personas destrozadas por el dolor, para
aquellos, que aun no teniendo ganas de comer eran posible que se tomaran algo,
(un vasito caldo, un vasito leche, un dulcecito).
Actualmente si hablamos de redes
sociales, estamos hablando de Faceebok, o Tuenti, es la postmodernidad. Yo,
como mi padre, pertenezco a esas redes
sociales que aun, con lo frías que pueden ser por ser digitales, o impersonales
(pues no siempre se conoce o se sabe quien está al otro lado del teclado)
también me han trasmitido el calor humano desde aquellos puntos geográficos a
miles de kilómetros de Encinasola.
Y es que Encinasola es mucho
pueblo, de los considerados “pueblo pueblo”. Después de treinta años, Encinasola
sigue siendo mi pueblo, y yo sigo siendo de Encinasola y no de Sevilla por
muchos años que me lleve viviendo aquí.
Gracias Encinasola, gracias por
arroparnos, por darnos un abrigo cuando tanto lo necesitábamos, estoy segura
que parte de esa tela de red social que nos en volvió, la tejió mi padre, “el
que siembra recoge” y nosotros estos días hemos recogido mucho amor y cariño,
estoy segura que en cada paseo que él daba, en cada pedalada con su bicicleta,
en cada saludo (con su peculiar estilo) mi padre fue sembrando, lo que nosotros
estamos recogiendo.
Gracias a todos.
Gracias papa por ser como eras.
Maria Victoria Jiménez Gómez.
Eso es María Victoria, así era tu padre, un hombre entrañable y carismático que para nadie pasaba desapercibido, arraigado a su pueblo y del todo inmerso en su idiosincrasia; campechano y afable con todos, de ahí el impacto causado por su muerte que a todos nos ha sorprendido. No tengo la menor duda de que, más bien antes que tarde, irá a formar parte del mundo de Los Justos porque con su vida ejemplar es el lugar que merece.
ResponderEliminarQue en paz descanse
Buena familia tenía Faustino y ahora Mari, buenos hijos e inmejorables nietos. La verdad que ha sido un mazazo bueno, pero qué verdad dices en tus palabras, sobre todo eso de que "el que siembra, recoge". Aquí a Guadalinfo venía a vernos casi todas las semanas, ya las últimas semanas le costaría a lo mejor subir la cuesta arriba, pero durante todos estos años nunca dejó de venir. Decía -"ya no escribo porque tengo muchas faltas de ortografía"- y yo le decía -" muchos analfabetos hay por ahí que no tienen faltas de ortografía", convenciéndole de que siguiera escribiendo, porque además lo hacía muy bien. Me acuerdo de la famosa @, no la tecnológica, la otra, la que le gustaba sobre la 1 del mediodía, en fin, ...hemos sentido enormemente su pérdida y me alegro de que haya tanta gente que tanto lo ha querido. Un abrazo !
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