Creo que fue unas de las iniciativas más positivas que se han llevado a cabo en Eninasola.
Parece que fue ayer, pero han trascurrido 19 años. Aquel verano de 1.988, un grupo de maestros, apoyados por sus respectivas esposas y algunos voluntario/as, llevaron a cabo la acertada idea de organizar una acampada en la Ermita de Flores.
Durante bastantes días, un numeroso grupo de niños y niñas tuvieron la ocasión de disfrutar juntos de la naturaleza viviendo momentos muy emotivos, destacando las duchas improvisadas, los juegos y la candela nocturna vigilada muy de cerca por los organizadores, así como la visita al lugar de un helicóptero del Ejército que sobrevoló el entorno, posándose en un improvisado helipuerto preparado por todos, siendo seguidamente recibidos y agasajados con gran entusiasmo sus pilotos.
Aquellos niños afortunados, hombres y mujeres hoy, si tiene ocasión de ver las positivas que siguen, añoraran sin duda con cariño aquellos momentos, para ellos inolvidables.
Por último dedicar también un cariñoso recuerdo a dos entrañables personajes que aparecen y que ya no están entre nosotros, Pepe ”Machaca” y el cura D. Francisco.
J. M. Santos
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