( Publico esto que me ha mandado la
hija de Carmen y quiero darle las gracias por el detalle que ha tenido de
llamarme por teléfono personalmente para darme las gracias )
AGRADECIMIENTO
Hola a todos. Me ha emocionado mucho ver que algunos os acordabais de Carmen Domínguez Campiña, la primera telefonista de Encinasola, que falleció el pasado 14 de octubre (DEP). Yo soy una de sus tres hijas. Fueron mis tíos Pedro Pajuelo y María Santos quienes me dijeron que Dª Dolores Ballesteros Viera había mencionado su fallecimiento en Internet y al buscar en su Facebook lo encontré
Hola a todos. Me ha emocionado mucho ver que algunos os acordabais de Carmen Domínguez Campiña, la primera telefonista de Encinasola, que falleció el pasado 14 de octubre (DEP). Yo soy una de sus tres hijas. Fueron mis tíos Pedro Pajuelo y María Santos quienes me dijeron que Dª Dolores Ballesteros Viera había mencionado su fallecimiento en Internet y al buscar en su Facebook lo encontré
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He visto que muchos no os acordabais de ella, porque erais más jóvenes, pero sí de mi tía Prudencia, que estuvo en la centralita después que mi madre.
Carmen llegó a Encinasola desde Madrid, huérfana de la guerra con 9 años, con sus hermanas Pura y Eloísa. Allí vivió con sus tíos Eusebio y Prudencia, y con su primo Félix, que fue un hermano para ella. Se marchó de Encinasola en 1964, cuando se casó, pero nunca se olvidó del pueblo, que estaba en sus recuerdos de todos los días. Conocía a todo el mundo, debido a su trabajo, y cuando tuvo que permanecer en reposo durante tres años después de una operación de espalda en 1960, todo el pueblo fue a verla. Esto siempre nos lo contaba, y muchas de sus vivencias en Encinasola (la escuela de Dª Piedad, las travesuras con su primo Gabino, los días que pasaba en la casa de campo de su tía María Josefa, el tiempo en que aprendió a coser en casa de Dª Carmen Gallardo, junto con María la hija de Feliciana Vargas, las tardes en la centralita de teléfono acompañada de sus amigas, las lecturas que hacía a Pepe el ciego sobre la guerra de Troya, ...) Muchos recuerdos suyos que ahora son también recuerdos para nosotros.
A su esposo, Joaquín Pajuelo, y a sus tres hijas, Eloísa, Mª Emilia y Puri, nos llena de emoción y de sincera gratitud que os hayáis acordado de ella
He visto que muchos no os acordabais de ella, porque erais más jóvenes, pero sí de mi tía Prudencia, que estuvo en la centralita después que mi madre.
Carmen llegó a Encinasola desde Madrid, huérfana de la guerra con 9 años, con sus hermanas Pura y Eloísa. Allí vivió con sus tíos Eusebio y Prudencia, y con su primo Félix, que fue un hermano para ella. Se marchó de Encinasola en 1964, cuando se casó, pero nunca se olvidó del pueblo, que estaba en sus recuerdos de todos los días. Conocía a todo el mundo, debido a su trabajo, y cuando tuvo que permanecer en reposo durante tres años después de una operación de espalda en 1960, todo el pueblo fue a verla. Esto siempre nos lo contaba, y muchas de sus vivencias en Encinasola (la escuela de Dª Piedad, las travesuras con su primo Gabino, los días que pasaba en la casa de campo de su tía María Josefa, el tiempo en que aprendió a coser en casa de Dª Carmen Gallardo, junto con María la hija de Feliciana Vargas, las tardes en la centralita de teléfono acompañada de sus amigas, las lecturas que hacía a Pepe el ciego sobre la guerra de Troya, ...) Muchos recuerdos suyos que ahora son también recuerdos para nosotros.
A su esposo, Joaquín Pajuelo, y a sus tres hijas, Eloísa, Mª Emilia y Puri, nos llena de emoción y de sincera gratitud que os hayáis acordado de ella
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