Quiero
explicar los movimientos importantísimos que estamos realizando respecto a la
deuda bancaria de nuestro pueblo, pues considero que estos aspectos, menos
vistosos que otros, son la clave para entender el pasado, el presente y el
futuro de Encinasola.
Decir que existen
una serie de préstamos a largo plazo tanto en la caixa como en el bbva (escribo
con minúscula el nombre de los bancos
por cuestión de dignidad y justicia), son prestamos que se están pagando
mensual o bimensualmente de forma regular, y que de seguir así, en unos años
habremos saldado la deuda; pero existen, en el bbva, otra serie de operaciones
de préstamos que son a corto plazo, u operaciones de tesorería. Era común en
los Ayuntamientos y otras instituciones, recurrir a este tipo de operaciones,
totalmente legales, que se renovaban anualmente pagando unos intereses
pequeños; todo ello hasta finales de 2010 que fue cuando Zapatero consideró que
se debía de acabar con este tipo de endeudamiento, y por ley decidió que los
Ayuntamientos debían ponerse al día y solventarlos.
Posiblemente La idea no era mala como fórmula de evitar más
endeudamiento, pero ocurrió que hubo Ayuntamientos, como el de Encinasola, que
no tenían recursos para hacer frente al pago de estas operaciones a corto plazo,
con lo cual entraron en mora por falta de pago y se convirtiéndose esto en un gran
problema para algunos Ayuntamientos.
A día de
hoy seguimos buscando la mejor manera de salir del problema, que está sub
júdice en estos momentos. Para buscar la solución estuvieron conmigo el jueves
pasado en Sevilla, el Teniente Alcalde, David Guimerans, la Secretaria del
Ayuntamiento y nuestro asesor económico; reunidos con la Directora General de
Relaciones Financieras con las Entidades Locales, de la Consejería de Economía
y Hacienda de la Junta de Andalucía. Fue una reunión distendida y amable en las
formas, pero con mínimas soluciones en el fondo; y no por falta de compromiso
de la directora General, más bien por imposibilidad legal de realizar ningún
movimiento.
Para que se
entienda bien: el Ayuntamiento quiere pagar la deuda y el bbva aceptaría la
fórmula que le queríamos indicar; sería cambiar la operación de tesorería a
corto plazo, por otra a largo (por ejemplo a pagar en diez años), evitando así
el pago de intereses, abogados, procuradores, costas judiciales… que ascienden
ya a cientos de miles de euros.
¿Cómo es posible que si el que adeuda y el
acreedor están de acuerdo en cómo hacer un pago, este no pueda hacerse?
No soy economista y les
aseguro que realmente la explicación es difícil para mí, más aun hacerla
entender de forma sencilla, pero lo voy a intentar:
Resulta que
antes de 2011 no existía ningún problema para la renovación anual de estas
operaciones de tesorería, pero luego todo cambió; más tarde la Ley de
Estabilidad Presupuestaría y el límite de endeudamiento permitido a los
Ayuntamientos, Diputaciones etc, hace que no sea viable legalmente convertir un
corto plazo, en deuda viva a largo
plazo.
Yo entiendo
que no se permitan más préstamos para evitar el endeudamiento; de hecho hemos
evitado todo tipo de préstamo y, contradictoriamente, ha sido el propio
gobierno el que “nos ha obligado a todos” a asumir con un préstamo la deuda que
existía con los proveedores; opino que esto ha sido un terrible error que en
corto plazo se va a demostrar; fue estupendo pues se soltaron miles de millones
de euros que repercutieron en muchas empresas (posiblemente de forma injusta en
algunos casos); pero se dejó tiritando a los Ayuntamientos.
Pero lo que
no puedo entender es que no se permitan excepciones a la norma, en base al
hecho diferencial objetivado que existe, tanto entre personas, como entre
instituciones; pues Encinasola no quiere este préstamo a largo plazo para dar
trabajo ahora que vienen las elecciones, tampoco para hacer una placita o
cualquier otra inversión vistosa; lo quiere para salir de un problema muy
grande, que es el que repercutirá en este pueblo, si finalmente el juez decide
hacernos responsables de todo lo que se adeuda, intereses incluidos.
Nunca he
podido entender la rigidez; me parecía un absurdo en mi profesión aplicar las
normas sin excepciones, me lo parece ahora en la forma en la que nuestras
administraciones superiores tratan a los pobres Ayuntamientos, y a los
ciudadanos.
Quien
gobierne un país o a unas personas debe quererlas de verdad, para hacer por
ellas todo lo que este en sus manos; para hacer normas que nos beneficien y no
nos perjudiquen; aunque requiera mucho esfuerzo elaborarlas abiertas y
flexibles.
Estamos
intentando resolver este tremendo problema que tiene el Ayuntamiento de
Encinasola, sinceramente creo que finalmente
lo conseguiremos, aunque son muchas las piedras en el camino y nosotros
vamos descalzos. Nunca entenderé tanto
beneplácito con los bancos, tanto solventarle sus problemas críticos, producto
de las pésimas gestiones, con decenas de millones de euros de todos-as los
españoles-as; y por el contrario no ayudar a los Ayuntamientos, que están pegados
al día a día de los ciudadanos-as, a superar sus problemas. ¡Qué el diablo se
los lleve!, pero nosotros con o sin ayuda no cejaremos en el empeño.
Ángel
Méndez Cortegano, alcalde de Encinasola
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