Que impresión se experimentará al llegar a Flores y ver que allí no esta la Virgen, debe de ser una sensación extraña, que peregrinación es la de ir delante de quién es el motivo de ese devoto caminar, si el Apóstol Santiago no estuviera en Compostela, se nos ocurriría ir a verlo a Santiago, iríamos a buscarle allí donde estuviera que nos llevaría la devoción y el sentido común. Antiguamente los Mayordomos de la Hermandad de la Virgen de Flores, eran escogidos entre miembros de la misma y se aceptaba que fueran rotando casi siempre los mismos, era debido a que fueran personas que tuvieran capacidad económica para hacer frente a los gastos de tal cargo, las gentes que iban a Flores,, sin medios de transporte mecánicos, lo hacían en bestias , andando o en vehículos rudimentarios,,iban contentos, a echar un día en Flores y probar el manjar que la Hermandad y ayudado por una buena cocinera marocha ofrecían al que quisiera, no era otra cosa que el arroz en caldereta. Hoy ya ha cambiado todo, como así, esa forma de pensar que tenemos metida en la cabeza que debe de haber alguna presión para conseguir lo que nos proponemos y esta bien que la haya, siempre que sea para mejorar, pero que no se convierta en una imposición, porque entonces, tanto los que se van un día como los que se van otro, cuando tiran sus respectivas salvas de cohetes no se oiga, ayudados por el eco de la explosión la intención en murmullo de quien lo tira y eso a la Virgen no le gusta.
Jose Delgado
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